MAMA, PREPARA EL MATE QUE AHI VOY

...Pero si no llego quiero que sepas algunas cosas, porque es probable que no llegue.

No había un remedio mejor, en mi vida, para cualquier mal, que tus mates. Con tu yerba. Justo anoche hablaba con mi mejor amigo de eso: tus mates tenían algo distinto, tenían toda nuestra infancia en la bombilla. Todas nuestras historias. Cuando tuvimos nuestro primer novio, cuando nos rompieron por primera vez el corazón. Cuando vino una amiga triste, decepcionada de otra amiga. Ahí estuviste vos con tus mates. Y nos daban una sensación de protección, de seguridad.

Por eso, mamá, pone la pava y nunca dejes de esperarme para tomarnos esos mates. Nunca dejes de esperarnos, mamá. Ni a mi, ni a Araceli, ni a Lola, ni a Ángeles, ni a Micaela, ni a Candela. Nunca dejen de esperarnos, incluso cuando sepan que ya, fisicamente no vamos a volver.

Hubo un macho que tomó nuestras vidas, nuestros cuerpos, como si le perteneciéramos. Y nos hizo todo lo que la sociedad le permite a un macho que le haga a una mujer.

Mamá, pone la pava, ya estoy yendo. Pero me siguen, entonces voy a guardar el celular, porque capaz tengo suerte y sólo me quieren robar el celular. Aunque mamá, para serte sincera, no creo. Creo que sé donde voy a ir a parar. Ya siento mi cuerpo frío.

Mamá, vos entendes la sensación: vos sos mujer. Vos sabes lo que es vivir como si ya estuviéramos muertas.

Aferrarnos a la vida lo más que podemos, porque nuestras vidas terminan antes.

Porque mamá, mientras vos pones la pava, a mi me agarraron y me llevaron. Después me mataron. Después me cubrieron con cemento. Como si fuera un pedazo de piso, de pared.

Mamá: prepara el mate. Ponele la yerba y ponele poquita azúcar. Aunque no llegue, tomate ese mate por mí. Siempre nos va a unir ese mate que preparaste.

Mamá, no te quiero hacer esperar, quiero volver a casa. Pero no se si me mataron o me secuestraron para una red de trata. Y no lo vamos a saber.

Mamá, dicen que aparecí cubierta entre escombros y cemento. No se si soy yo. No se si ese era mi destino. Porque capaz, me habían agarrado para la trata, pero como vos mamá no me fallaste, no me dejaste y me fuiste a buscar, hiciste ruido y no te caíste: a lo mejor ahora quieren hacernos creer que siempre estuve ahí, muerta.

Pero mamá, como te dije antes, prepará el mate. Aunque no llegue. Porque eso hicieron con nosotras. Todos los nombres lindos que mamá y papá pensaron para nosotras, los convirtieron en nombres que dan miedo. Micaela nos suena a muerte. Manuela nos suena a violación. Araceli nos suena a trata. Y mamá y papá nos pusieron esos nombres con tanto amor. A todo le dieron una connotación triste. Mamá, prepara el mate- dije- y no puedo parar de llorar. Porque nos sacaron la libertad de poder prometer. De respirar, de ser felices, de vestirnos como queremos, de seguir triunfando. Nos quieren robar todo eso. Nos quieren robar, mamá, la promesa, de que cuando termines de preparar el mate voy a estar ahí para abrazarte y sentarme a tomar mates con vos.

Mamá, no dejes de preparar nunca esos mates. Vas a tener otras hijitas del corazón que van a tomar muchos mates con vos.

Mamá, Adriana, mi verdadera mamá; yo estoy acá, nosotras podemos tomar mates. Parece un lujo que nos podemos dar. Mamá, siempre que llegue, prepará el mate. Esperame con el mate. Por todas las que no llegaron a tomar ese mate con sus mamás. Por todas esas Aracelis que iban corriendo al encuentro, a tomar esos mates, pero no llegaron. Mamá: prepara el mate, que si este país machista, misógino, violador, asesino y golpeador, si este Estado opresor, ausente y cómplice me lo permiten: voy a llegar para que tomemos mates, mientras vemos en la tv, que otra vez, sin nombre, pero con cuerpo, encontraron a una más; falta una más, hay una menos. #ElEstadoEsResponsable #JusticiaPorTodas #VivasNosQueremos #NiUnaMenos #JusticiaPorManuela